Ella no quería, oiga. O sea, que no. Estaba yo divinamente descansando de la vorágine blogueril, quitándome durante meses de dimes y diretes varios, pero es que no puedo, oigan, la vida me empuja de nuevo sobre la tecla...¿cómo podría resistirme a compartir el siguiente diálogo, acaecido recientemente en una tienda de ultramarinos de barrio?
Yo: ¿Tiene huevos de aldea?
Tendero: Sí, pero son de polla
Vale. Pulsemos "pause". El tendero es un señor que peina canas y del que no presupongo ánimo alguno provocador o rijoso. Me conoce, le conozco. Me vende el jamón de york y las manzanas golden. El tendero espera mi respuesta acodado tranquilamente junto a la caja registradora. Para romper la tensión, no se me ocurre nada mejor que decir que...
Bueno, si la polla es de confianza...
Virgen del Tupperware, me oigo y no me creo. La frase, totalmente surrealista, debe de ser de lo más normal en el universo de las pollas ponedoras, porque el tendero se gira sobre sus talones y se dirige a la trastienda diciendo: "Espera, que te los enseño".
Glups. No, mire, casi que dejo la tortilla para otro día...
Ah jajjajaaa...sexo "oral" ,sugerente y eufemisticooo..eso en el carrefour no pasa !! pena que no sea un italiano alto el tendero...
ResponderEliminarQue bueno,y el garito este mola,esta lleno de chispa por todos lados (todo tiene segundas!).
Un saludo de lector fidelizable.
Eres la polla.
El carreful es un aburrimiento políticamente correcto, chico, la pura vida está en estas tiendas, jeje...No sé si seré polla o gallina vieja, pero el caso es echarle más huevos a todo siempre ;-) Bienvenido al garito!
ResponderEliminarEn el bazar:
ResponderEliminar-Tiene huevos de piedra ?
(para zurcir los calcetines,antes)
-No hija,es la ciatica...
Aaaajajjajjajjaaaaaa